jueves, 21 de mayo de 2009

El día 17 de mayo se festeja el Día Mundial de Internet, un invento nacido de la comunidad científica estadounidense, que luego fue utilizado en exclusividad por el Ejército de ese país y más adelante –ya abierta comercialmente--, nos terminó cambiando la vida a todos. Pese a los múltiples avances de Internet, lo cierto es que a los investigadores la actual Web ya les queda "chica". Y por eso están desarrollando nuevas redes, similares en su esencia pero mucho más poderosas. El proyecto más ambicioso de una nueva "ciberinfraestructura" para la ciencia está impulsado por la National Science Fundation (NSF), la poderosa agencia del gobierno de los Estados Unidos que financia la ciencia en ese país. Es el mismo organismo que administró la actual Internet durante sus primeros años. La NSF anunció hoy que, gracias a las nuevas políticas de Barack Obama, el presupuesto de ese organismo para 2010 será de 7.045 millones de dólares (8,5 por ciento más de lo estimado para 2009), de los cuales 555 millones serían adjudicados a la infraestructura, esfuerzos de investigación y capital humano. Dentro de la NSF, la Oficina de Ciberinfraestructura (OCI) http://www.nsf.gov/dir/index.jsp?org=OCI es la que se encarga de la nueva Internet. Biólogos moleculares, astrónomos y otros especialistas necesitan una red de mucha mayor capacidad para almacenar y procesar los datos con los que trabajan. "La metáfora de la "infraestructura" tiene como objetivo que se entienda bien lo que estamos hablando y así conseguir mayor apoyo", dijo a Clarin.com un especialista que forma parte de este proyecto desde sus inicios y también participó en el desarrollo de la actual Internet. La Oficina de Ciberinfraestructura agrupa proyectos de desarrollo de súpercomputadoras, sistemas de almacenamiento de alta capacidad (discos rígidos), nuevos softwares que permitan sacarle el mayor provecho a estos recursos, nuevas herramientas de visualización de los recursos y enormes bibliotecas digitales de fácil acceso, entre otros. Para que los datos estén siempre cerca de los investigadores, trabajan con distintas universidades a lo largo y ancho de ese país. Y buscan que la red esté disponible en forma "ubicua", es decir, no sólo en computadores sino en todos los equipos digitales. Entre los principales proyectos que forman parte de esta iniciativa figura el TeraGrid http://www.teragrid.org/ , la red científica más grande y veloz del mundo en estos momentos. Coordinada por la Universidad de Chicago, tiene más de un petaflop de capacidad y más de 30 petabytes de información almacenada. Los investigadores pueden acceder a bases de datos de más de cien disciplinas.

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